El maestro, el amor, la ópera

El maestro, el amor, la ópera

Con el cambio de siglo Manuel de Falla fija su residencia en Madrid. El padre Fedriani, su confesor y director espiritual, le escribe por entonces desde Sevilla:

[...] sólo deseo que te diviertas y estés contento, teniendo mucho cuidado con los coches y con muchas cosas que hay que tenerlo [...] en ese pícaro Madrid [...]77. Carta manuscrita de Francisco de Paula Fedriani a Manuel de Falla, fechada en Sevilla el 4 de mayo [¿1901?]. A.M.F. (carpeta de corresp. 6962)..

En el Ateneo de la capital el joven músico ofrece el 6 de mayo de 1900 una velada musical con un programa que incluía el estreno de dos de sus primeras obras: Vals-Capricho y Serenata andaluza.

La precaria situación económica familiar y un panorama musical español que apenas si ofrecía a los compositores otra salida profesional que la dedicación a la zarzuela influyeron en la aproximación de Falla al género chico, a pesar de que no era del gusto del gaditano, pues como él mismo escribiría en 1923:

Sus autores apenas perseguían otros fines artísticos que su pronta y fácil ejecución y su no menos fácil comprensión por parte del público [...]88. FALLA, Manuel de. «Felipe Pedrell (1841-1922)». Ensayo publicado por La Revue Musicale (febrero de 1923). En: Escritos sobre música y músicos. Introducción y notas de Federico Sopeña. Madrid, Espasa-Calpe, col. «Austral», nº 53, 4ª ed. aum., 1988, p. 85..

Una sola zarzuela llevó Manuel de Falla al escenario: Los amores de la Inés, estrenada en el Teatro Cómico de Madrid el 12 de abril de 1902 con relativo éxito.

Viviendo en Madrid entra en contacto, en 1901, con una figura decisiva: Felipe Pedrell, musicólogo y compositor catalán que llevaba unos años establecido en la capital del reino, donde impartía su magisterio en las aulas del Conservatorio y en el Ateneo. Según el testimonio del propio Falla recogido por Jaime Pahissa en su biografía del músico gaditano:

Lleno de alegría por encontrar ¡al fin! algo en España de lo que yo ilusionaba hallar desde el comienzo de mis estudios, fui a Pedrell para pedirle que fuese mi maestro, y a su enseñanza [...] debí la más clara y firme orientación para mis trabajos99. PAHISSA, Jaime. Vida y obra..., p. 35..

En 1905 Manuel de Falla pudo saborear un doble éxito profesional, como pianista y como compositor, aunque ambos se vieron enmarcados por la desazón de un frustrado noviazgo con su prima María Prieto Ledesma, asunto tratado con frecuencia por el padre Fedriani en las cartas que envía a su protegido. Así, el 5 de abril de 1905 le escribe:

Tú estate muy tranquilo, hijo mío, déjate de majaderías, sentirás que si está de Dios, y cuando esté de Dios, será y si no sucede, para tu bien será1010. Carta manuscrita de Francisco de Paula Fedriani a Manuel de Falla, fechada en Sevilla el 5 de abril de 1905. A.M.F. (carpeta de corresp. 6962)..

Y siete meses después sentencia:

La cosa es eminentemente práctica [...]. Si por su carácter o cualquier circunstancia quiere misterios como tú, eso no te conviene1111. Carta manuscrita de Francisco de Paula Fedriani a Manuel de Falla, fechada el 14 de noviembre de 1905 [s.l.]. A.M.F. (carpeta de corresp. 6962)..

Entre tanto, y también en abril de 1905, Falla obtiene el premio de piano Ortiz y Cussó, organizado por el Conservatorio de Madrid. En noviembre de ese año la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando premia La vida breve, ópera presentada a concurso por Manuel de Falla y Carlos Fernández Shaw, autor del libreto.
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