La primavera de 1916 Madrid y su Teatro Real disfrutaron de la presencia de Serge Diaghilev y sus Ballets Russes, que programaron, junto a otras obras,
El pájaro de fuego y
Petrouchka, ambas de Igor Stravinsky, presente también en el coliseo madrileño. Falla, que acababa de estrenar en el mismo escenario sus
Noches en los jardines de España, publicó el 5 de junio en
La Tribuna un artículo en el que, refiriéndose a Stravinsky, se preguntaba:
¿Sabe Madrid que tiene como huésped a uno de los más grandes artistas de Europa? ¿Sabe, en fin, desentenderse de los que le digan que el arte de este compositor sirve más para desorientar que para conducir por el camino de la verdad?1818. FALLA, Manuel de. «El gran músico de nuestro tiempo: Igor Stravinsky». Artículo publicado por La Tribuna. Madrid, 5 de junio de 1916. En: Escritos sobre música..., p. 27.
Ese mismo año, a comienzos del verano, las tradicionales fiestas granadinas del Corpus Christi programaron, dentro de su ciclo sinfónico, la audición de
Noches en los jardines de España, cuya primera parte lleva por título «En el Generalife». El Palacio de Carlos V escuchó el 26 de junio al propio Falla ejecutar la parte de piano. Entre el público presente se hallaban Serge Diaghilev, creador y director de los Ballets Russes, y Léonide Massine, coreógrafo y bailarín de la compañía.
La amistad y colaboración del músico con los Martínez Sierra seguía fluida e intensa en esas fechas y dio un nuevo fruto: la pantomima
El corregidor y la molinera, que se estrenó en el Teatro Eslava de Madrid el 7 de abril de 1917. Basada en la novela de Pedro Antonio de Alarcón
El sombrero de tres picos, la pantomima debía transformarse en un ballet para la compañía de Diaghilev según lo acordado por éste y Falla. Ambos, junto a Massine, emprenden un viaje en el verano de 1917 por distintas ciudades españolas, entre ellas Granada, escenario de fotografías inolvidables y sorprendentes como la que se hacen Diaghilev y Massine montados en sendos burros ante la Puerta del Vino en la Alhambra o las que, realizadas meses más tarde, en mayo de 1918, muestran a la compañía de los Ballets Russes encaramada a la fuente del Patio de los Leones con el vestuario para
Schéhérazade, de Rimsky-Korsakov.